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No cabe duda de que las microalgas forman parte de la alimentación del futuro. Se consumen por sus increíbles propiedades (ricas en proteínas, vitaminas, lípidos, etc.) y cada especie tiene sus características y sus ventajas específicas. La demanda de alimentos a base de microalgas no deja de crecer y llegan nuevos consumidores al mercado impacientes por descubrir estos nuevos nutrientes. En la lista de las microalgas y/o cianobacterias más conocidas se encuentran en las primeras posiciones la clorela y la espirulina. Pero también llegan al sector alimentario otras microalgas como la Tetraselmis chui, la Odontella, etc.

Cholrella, la microalga con propiedades excepcionales

Descubierta en 1890, la Chlorella se comercializa por primera vez en Japón en los años 1950 como alimento nutritivo y se le reconocen numerosas virtudes. Muchas personas consumen esta microalga por diferentes motivos: pérdida de peso, sistema inmunitario más resistente, reducción del colesterol, etc.

Este alimento de alto valor nutritivo se cultiva en agua dulce. Crece en los estanques y los lagos de todo el mundo. Existen diversas herramientas de producción para industrializar su cultivo.

Los diferentes métodos de cultivo para Chlorella

Para el cultivo de microalgas o de cianobacterias existen dos categorías de producción: la heterotrofia y la autotrofia. En los sistemas heterótrofos, se utilizan elementos inorgánicos, como azúcares, para el crecimiento de los organismos. Los sistemas autótrofos, en cambio, emplean elementos inorgánicos como el CO2.

El cultivo de Chlorella en sistemas heterótrofos: los fermentadores

El cultivo en fermentadores obtiene concentraciones muy elevadas. En este sistema, la microalga se nutre de azúcares. A pesar de los récords inalcanzables de producción, esta herramienta no permite que Chlorella genere vitamina B12 en cantidad suficiente. Esta vitamina es sin embargo muy interesante para el consumidor de microalgas.

Cabe destacar que este sistema resulta muy caro. El aporte de azúcares es dos veces mayor que la cantidad de biomasa producida, por lo que para producir 500 toneladas de Chlorella, se requieren 1000 toneladas de azúcar.

Se trata de una herramienta de producción que consume mucha energía y requiere una esterilización drástica. En efecto, el alto rendimiento del sistema no le permite diferenciar entre una microalga o un cuerpo extraño. Por consiguiente, crecerán todos los organismos presentes en la cuba.

Para obtener Chlorella con todas las características deseadas en el mercado, es necesario elegir sistemas que utilicen luz.

El cultivo autótrofo de Chlorella: los fotobiorreactores n.°1

En los sistemas autótrofos, el crecimiento de las microalgas tiene lugar gracias a la fotosíntesis.

Una de las técnicas disponibles en el mercado es el cultivo en estanques. Este sistema de producción requiere una inversión inicial mucho menor, pero la productividad es también considerablemente menor. Este sistema no está adaptado a Chlorella, algunas cianobacterias como la espirulina se cultivan mucho más fácilmente en estanques.

Los fotobiorreactores van a ocupar un lugar privilegiado en el pódium del cultivo de Chlorella. Consumen menos energía que los fermentadores y presentan una productividad y seguridad elevadas. Las concentraciones son menores, pero gracias a la fotosíntesis obtienen microalgas con todas las propiedades deseadas. Los fotobiorreactores presentan un balance de carbono mejor, por lo que son herramientas más ecológicas y respetuosas con el medio ambiente.

Como ejemplo concreto, con el cultivo de Chlorella vulgaris en nuestros sistemas se obtienen concentraciones del orden de los 500 millones de células por mililitro.

Para más información sobre nuestros sistemas, contacta con nosotros 😉.

¿Qué ocurre con la mixotrofia?

La mixotrofia es la capacidad de un organismo de desarrollarse mediante heterotrofia y autotrofia. El cultivo en mixotrofia combina la tecnología de los sistemas autótrofos con la de los heterótrofos. Por consiguiente, las microalgas se alimentarán tanto de materia mineral como de materia orgánica. Un sistema que permite combinar las ventajas de los dos modos de producción, pero también las desventajas (coste muy elevado, necesidad de una esterilización óptima, etc.).